Bodega Linda – Un refugio especial en Puntagorda

Cuando salimos de Tijarafe en dirección a Puntagorda, al llegar al pueblo nos recibió una densa capa de nubes. Por un momento pensamos que tendríamos que cancelar nuestra sesión de fotos. Pero al seguir subiendo por la idílica carretera de montaña, atravesamos las nubes y, de repente, La Palma apareció ante nosotros bañada por un sol radiante. Rodeados de viñedos, llegamos a una zona tranquila y de ensueño por encima del pueblo.

Un lugar entre cielo, bosque y vino

Llegar a Bodega Linda, enclavada entre viñedos y un pinar, fue toda una experiencia. Desde fuera, la casa vacacional parece discreta – pero tras la cálida bienvenida de los propietarios, descubrimos un lugar muy especial: luminoso, abierto, con estilo y un encanto único. Nos impresionó especialmente el salón con su gran puerta corredera panorámica de tres hojas. Ofrece una vista espectacular del bosque cercano y de la piscina climatizada, perfectamente integrada en el entorno natural. Los gruesos muros de piedra transmiten seguridad y un clima interior agradable, incluso en los días más cálidos del verano.

Comodidad y carácter en armonía

La cocina está bien equipada – con todo lo necesario para una estancia cómoda. El baño cuenta con calefacción por suelo radiante para mayor confort, y el dormitorio ofrece un tamaño agradable para descansar con amplitud. Uno de los grandes atractivos es el telescopio disponible, que invita a los huéspedes a contemplar el impresionante cielo estrellado de La Palma – sin contaminación lumínica y tan claro que parece que se pueden tocar las estrellas.

Naturaleza, animales y una copa de rosado

Después del recorrido, conocimos también a los animales de la casa: gatos domésticos que pasean por la finca, disfrutan de las caricias y agradecen un poco de atención. Una experiencia de vacaciones en plena naturaleza, auténtica y relajante. La piscina climatizada ofrece una vista maravillosa – una combinación perfecta de descanso y naturaleza. Fue un verdadero placer fotografiar esta casa tan especial y crear el tour virtual. Todo transmite armonía, cariño y atención por los detalles.

¿El toque final? El vino casero.

Los propietarios elaboran su propio vino – y, por supuesto, no pudimos resistirnos a probar una copa después de terminar el trabajo. El rosado estaba delicioso. ¡Vale la pena esperarlo!